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Ahora que las luces fallecen,
Y tan solo perdura,
El brillo de tus ojos,
Fijo en tu belleza,
Mi mirada,
Y sonrío al verte.
Tan tierna, tan callada,
A la luz de una vela,
Pareces tan dulce,
Te pareces a un hada.
Simplemente calla,
Y no digas nada,
Deja que tus labios me conquisten,
Con tan solo una sonrisa.
Deja que tu voz de cristal,
Me robe el aliento,
Conquiste mi vida.
Toma mi mano y calla,
Tómala, y no digas nada.
Basta verte frente a mi,
Basta sentir tu alma,
Para que robes mi razón,
Para que conquistes mi corazón.
Deja que el silencio,
Rose tus labios,
Y así te robe un beso.
Deja que mis labios,
Te roben la sonrisa,
Y nos someta,
A un futuro incierto,
Colmado de ti,
De tus besos improvisados…
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Te vi cruzar el parque,
Como una luz,
En la oscuridad,
Como un alma,
En la eternidad.
Tu figura,
Robó mi aliento,
Y tus ojos,
Mi descontento.
Al acercarte me dejaste,
Sin tan solo una palabra,
Una que pueda esculpir,
Tu mirada en la imaginación.
Me mirabas fijo y callada,
Con una bella sonrisa,
Tallada sobre tu rostro.
Tus labios me sonreían,
Y tus ojos de topacio,
Me miraban,
Suave y despacio.
Quién era yo,
Para merecer tu presencia,
Para contemplar,
Tu simple inocencia.
Tomaste suavemente mi mano,
Y me invitaste a caminar,
A un ocaso junto a ti,
Poder contemplar.
Dicen que el viento,
Les robó el aliento,
Dicen que sus brazos,
No eran más que abrazos,
Y que el sol cayó,
Sobre sus hombros,
Y así el día cerraron,
Matando la agonía,
de la soledad,
Con un beso apasionado,
Uno hecho realidad.

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Porque no siempre es coincidencia,

Porque a veces no dura un siglo,

Una eternidad.

Siento que ya no me inspiras tú,

Sino la pena de tu adiós,

Si no tu indiferencia.

Rozas mis mejillas con un beso,

Cruzas mi mirada con tibieza,

Pero no dices nada.

Callas en la indiferencia,

Condenas mi pena,

A una llama sin fin,

Que quema mi impaciencia,

A una eterna herida abierta.

No dices que me quieres,

Ni cuentas que me odias,

Solo miras y en silencio,

Bajas la mirada,

Sigues tu camino.

Orgullosa en tu silencio,

Misteriosa en tus palabras,

Me intrigas casa segundo,

Pendiente de ti me tienes,

Me obligas a pensarte,

Me obligas a extrañarte.

Quisiera recordar contadas veces,

Cuando no me diste un no,

Cuando al fin, el silencio se rompió,

Y tu dulce voz,

Que entre tus labios,

Como música en el aire,

Un añoro de esperanza,

A mi corazón dio.

Una esperanza ilusa,

Una hipotética mentira,

En la que me condenas a vivir,

Amándote segundo a segundo,

Sintiéndote,

Tan cerca, tan lejos,

Y soñándote despierto.

Creyendo en que algún día,

Un beso de tus labios,

Cerrará esta historia,

Para comenzar una nueva,

Un camino juntos,

Que esta vez,

Dure un siglo, una eternidad…

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Que felicidad me inspira,

Su mirada, su sonrisa,

Que bella sensación,

Robarle una suave brisa,

Un tierno beso.

Ella me inspira calma,

Me roba el alma,

Con sus ojos de miel,

Con su voz de cristal,

Me hace temblar,

Me hace alucinar.

Tan solo me mira,

Y me derrite,

Tan solo me toca,

Y me consume.

Con un solo gesto,

Tan solo con una caricia,

Me enamora.

Si me mira me enternece,

Si me habla me enloquece,

Al rozar nuestros labios,

Me roba el alma,

A mi corazón,

Ella presta calma.

A mí alrededor,

Crea un atardecer,

A mí alrededor,

Comienza a anochecer,

Y tan solo con una mirada,

Y tan solo con un beso,

Me hace temblar,

Me hace alucinar.

Cómo extraño en su ausencia,

Como añoro su presencia,

Tan tierna,

Y tan distante,

Tan dulce,

Y tan paciente.

Cómo deseo volver a ver,

A su lado,

Otro atardecer,

Y cerrar el día,

Y tomarnos las manos,

Y mirarnos a los ojos,

Y así, hasta el fin del día,

Besarte hasta enamorarte…


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Si escribiese como Coelho,

O si pensase como Neruda,

Caería en llanto ante ti,

Ante tanta belleza, que

Sin tal lúgubre luz, ilumina,

Hasta el más triste de mis pesares.

Ahora que luz se ha ido,

Y contemplo las estrellas como un mirlo,

Profundas siento las heridas,

Que acallan mis lágrimas, y lastiman.

Ahora que el viento sopla, fuerte y frío,

Extraño tu cálida voz, tus suaves caricias,

Y caigo helado hacia el suelo,

Extrañando tus incómodos silencios,

Recordando tu alegre sonrisa.

Noches en vela,

Me han hecho palpitar,

Sueños enteros, me hicieron temblar,

En busca de aquel amor,

Que siento impredecible,

En busca de una ilusión,

A costa de este adiós.

Este adiós, que supuesto fue,

Y que sin palabras se dio,

Otorgado por la pena, y el dolor,

El augurio y la desilusión,

Que rompió aquella barrera,

Que el tiempo impone en los días,

Y con su angustia mataba,

Sueños vivos en la espera,

Palabras de consuelo, de perdón,

O tan solo un adiós,

Aquellas noches solo querían,

Una palabra,

Que dignen a cerrar una historia,

Que dejen contemplar,

Una parodia,

Y cierren por fin,

El dolor de mi razón,

En el que retumba todo el tiempo,

Tu tierna voz de cristal…

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Postrado ante ti,

Miro al cielo y pido,

Un nuevo respiro,

Un nuevo anhelo.

Miro tus ojos y sueño,

Veo tus lágrimas y,

Simplemente tiemblo.

Simplemente me da miedo.

Entiendo que quieras hablar,

Siento tu inquietud,

En aquel palpitar,

Que a mi alma hace suspirar,

Y no deja olvidar.

Siento frío en mi cuerpo,

Siento temor en mis venas,

Esta aventura se convierte,

Ya, en un dilema,

En una simple diadema.

Una lágrima pide salir,

De mis ojos, de tus pupilas,

Porqué no lloramos juntos?

Me pedías.

Tu llanto alimenta mi tristeza,

Y resquebraja,

Poco a poco mi paciencia.

Es que no sabes,

Cuánto duele verte,

Pendiente e impaciente,

Tan sola, tan bella.

Me conquistas con tus ojos,

Me conquistas con tu cabello,

Tan solo, me enamora de ti,

Tu todo.

Y siento que el tiempo,

Se nos pasa,

Y siento que el final llega,

Aquello que pudo ser,

En penumbras hoy queda.

Tan solo calla y una vez más,

Cruza mi mirada,

Con tus bellos ojos,

Que me envuelven, me derriten,

Y abrázame hasta el final,

Del día,

De este atardecer…


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No hace falta música,

Si tengo tu voz.

No hace falta el sol,

Si tengo tu mirada,

Si te tengo a ti,

No necesito nada.

Sin tan solo hablar,

Me haces palpitar,

Sin tan solo mirarme,

Puedes seducirme.

Tus ojos me conquistan,

Tu sonrisa me invita,

A abrazarte,

A besarte.

Y así desgastar el día,

Y que así este ocaso,

Caiga sobre nuestros hombros,

Y se refleje en tu mirada.

En tus tiernos,

Y bellos ojos de esmeralda,

Que ocultan ternura,

Y revelan belleza,

Que ocultan tristeza,

Y revelan felicidad.

Tu cabello lacio,

Y delicados rasgos,

Me derriten sin cesar,

Me provocan ansiedad,

De tenerte a mi lado,

De embrazar tu cuerpo,

Y sentirte cerca.

Cada segundo que pasa,

Cada minuto junto a ti,

Es único, es mágico.

Solo quiero despertar,

Y saber que no,

No lo estoy soñando,

Eres tú la dueña de mis besos,

Tú la que conquistas,

Mis deseos y mis sueños,

Tu la que quiero,

Y la que amo.

A la que prometí,

Un futuro a mi lado,

Un camino inseparables,

Forjando este futuro incierto...

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Amo todo de ti,

Pero a ti no.

Amo tus ojos y tu sonrisa,

Tu pelo y tu risa.

Tu cuerpo, tu todo.

También odio aquello,

Y me odio a mi mismo,

Tus ojos me inspiran,

Y a la vez me lastiman,

Tu mirada refleja sencillez,

Tu sonrisa timidez.

Tu pelo brilla al viento,

Y siento que odio,

Todo. Todo esto.

Mi alma aclama por ti,

Mi razón te ama,

Y mi mente te odia.

Por ti vivo,

Por ti sufro,

Por tu amor.

Extraño tus palabras,

Extraño,

Que ignores mis miradas,

Mis gestos y palabras.

Y no entiendo porqué.

Mi cuerpo quiere huir,

Correr a la soledad,

Y mi corazón quiere,

Huir a ti,

Refugiarse dentro de tu risa,

De tu suave voz,

Tus tiernos abrazos,

Que cada día lastiman,

Y acallan a mi corazón.

Que te odia y te ama,

Que te extraña,

Y también desea alejarse.

Desea olvidarse,

Pero no puede.

No quiero perderte,

Y tampoco,

Lastimarme.

Existirá una tregua,

Entre este amor, este odio?

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Bella eres como el alba,

Tan tierna y tan serena,

Tan simple y tan amena,

Bella eres como la calma.

Te sonrojas y callas,

Te sonríes y miras,

Tan solo basta una palabra,

Tan solo un beso alcanza.

Si tan solo pudiese abrazarte,

Si tan solo pudiese tenerte,

Te extrañaría aunque contigo esté,

Te besaría a más no poder.

Si tan solo pudiese explicar,

Tu tierna voz de cristal,

Si tan solo por un segundo,

Pudiese parar el mundo.

Y mirarte a los ojos,

Y tomarte las manos,

Desearte íntegra, bella,

Soñar juntos, ver las estrellas.

Si tan solo pudiese amarte,

Siquiera una vez besarte,

Robarías mis suspiros,

Quitarías mis penas.

Una palabra tuya basta,

Un gesto de tus labios,

Y me derretiré,

Y en ti me consumiré.

Mas siento que no puedo,

Afrontar si ti,

Éste deseo, de vivir,

Éste camino, recorrer.

Tú iluminas mi seguir,

Como un sol en el destino,

Como una huella en el camino,

Tú me enseñaste a vivir.

Cuántas lunas te habré llorado,

Cuantos soles, te habré pensado,

Y cuantas veces,

Junto a ti, junto a tu sentir,

Habré imaginado un ocaso,

Tomándonos las manos,

Mirándonos a los ojos,

Besándonos,

Desgastando nuestros labios,

Soñando un futuro incierto…

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No se si es tu mirada,

O tu sonrisa,

Que me hipnotiza,

No se si son tus ojos,

O tus pupilas,

Que me iluminan,

No se si me extrañas,

O te extraño,

Sólo se que te quiero.

No se si por ti duermo,

O si contigo sueño,

Pero se que al amanecer,

Feliz me despierto.

Recordando tus palabras,

Extrañando tu mirada,

Contemplando tu belleza,

Toda su simpleza.

Mas no se si es una antología,

O solamente eres tú,

Que me cautivas,

Con tu risa, con tu suave brisa.

Cuantas noches te soñé,

Cuantos días te pensé,

Tantos amaneceres te esperé,

Tantas tardes te desee,

Tenerte a mi lado,

Mirándome a los ojos,

Y robándome un suspiro,

Quitándome el respiro,

Arrancándome una sonrisa,

Con una simple palabra tuya.

Espero no perder la esperanza,

De alguna vez encontrarte,

De tus ojos ver,

Y al fin conocer,

Aquella simple mujer,

Que no me deja siquiera dormir,

Que mis pensamientos cautivan,

A un ocaso sentir.

Un ocaso que a tu lado,

Quisiera dejar pasar,

Y los minutos dejar de contar,

Para tomados de la mano,

Del fin del día disfrutar,

Junto a ti,

Junto a tus abrazos,

Junto a tus dulces besos…


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Y es que no me explico,

Como puedo estar tan cerca de ti,

Y contener mis palabras,

Contener tiernas miradas,

Evitar besarte,

Evitar tan sólo mirarte,

Y decirte te quiero,

Evitar sonreírte,

Y perderme entre tus besos.

Verte sonreír,

Verte tan feliz vivir,

Me consume, me derrite.

Me hace ver las estrellas de día,

Me hace sentir feliz,

Día a día.

Tus palabras, tus consuelos,

Tus risas y sonrisas,

Abarcan mi todo,

Se llevan mi alma y mis suspiros,

Me hacen ver que sin ti,

No vivo.

Sin ti el mundo está perdido.

Sin tu compañía,

Esta soledad cada día,

Me mata lentamente,

Me hace ver hasta la muerte.

Mas no se cómo decirte,

Que a mi lado te necesito,

Que cada momento contigo,

Es infinito,

Cada segundo de mi vida,

Es por ti que vivo.

Cada sonrisa que me robas,

Cada palabra que me dices,

Cada abrazo que me das,

Me enamora cada vez más.

Pero no soporto el dolor,

De que esto no sea más,

Que una simple amistad.

Mi corazón arde por ti,

Y mi mente recuerda cuando te vi.

Solo quiero una caricia de tus manos,

Una sonrisa de tu cara,

Un dulce beso de tu boca,

Que no me deje olvidarte,

Que me permita,

Para siempre amarte…

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Que incertidumbre me domina,

Que silencio, me inunda,

Pues tu ausencia se divulga,

Se extiende por mi mente,

Te recuerdo tan bella,

Tan sencilla, tan candente.

No puedo quitarte de mi mente.

Si solo un segundo dejase,

De pensar en ti,

Mi mundo moriría,

Mi universo desaparecería.

Pues cuantos cielos te daría,

Cuantas bellas fantasías,

Que nos imaginaban juntos,

Cuantas bellas poesías,

Que nos delataban juntos,

Nos hablaban del amor,

Nos quitaban el dolor.

Es que si pudiese olvidarte,

Si de mi mente, pudiese borrarte,

Cuantas tristezas me ahorraría,

Cuanto llanto, guardaría,

Si tus bellos recuerdos no existiesen,

Si tu tierna mirada no cruce la mía,

O si tus labios no besasen los míos.

Mas que puedo hacer,

Sino guardar mis felices recuerdos de ti,

En un rincón de mi inconsciente,

En mi mente, en un lugar paciente,

Que me eviten pensar en ti,

Que no me dejen recordar tu ausencia,

Que no me digan que ya no estás,

Aquí conmigo, a mi lado,

Hablándome a la cara,

Mirándome a los ojos,

Tomándome la mano,

Y diciéndome que me amas,

Que me extrañas aunque contigo esté,

Que añoras un ocaso junto a mi,

Simplemente que me necesitas,

Como el aire para vivir,

Y que conmigo quieres estar,

Hasta el fin de la humanidad,

Juntos para siempre,

Besándonos hasta el amanecer…