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Te vi cruzar el parque,
Como una luz,
En la oscuridad,
Como un alma,
En la eternidad.
Tu figura,
Robó mi aliento,
Y tus ojos,
Mi descontento.
Al acercarte me dejaste,
Sin tan solo una palabra,
Una que pueda esculpir,
Tu mirada en la imaginación.
Me mirabas fijo y callada,
Con una bella sonrisa,
Tallada sobre tu rostro.
Tus labios me sonreían,
Y tus ojos de topacio,
Me miraban,
Suave y despacio.
Quién era yo,
Para merecer tu presencia,
Para contemplar,
Tu simple inocencia.
Tomaste suavemente mi mano,
Y me invitaste a caminar,
A un ocaso junto a ti,
Poder contemplar.
Dicen que el viento,
Les robó el aliento,
Dicen que sus brazos,
No eran más que abrazos,
Y que el sol cayó,
Sobre sus hombros,
Y así el día cerraron,
Matando la agonía,
de la soledad,
Con un beso apasionado,
Uno hecho realidad.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

no sos raro sos distinto..!..y es mejor asi..por q seria aburrido ver muchas personas q son iguales..demasiado monotono...no?¿..jeje.!

bss..!